jueves, 16 de junio de 2011

Cómo me duele mi Atleti

Rizando el rizo, esta vez las urgencias han llegado siquiera antes de que empiece la pretemporada, apenas acabada la Liga.

Ni intentándolo vehementemente parece posible poner en contra a tantos aficionados, tan rápido.

Los presuntos fichajes: el delantero centro del equipo menos goleador de la Liga que acabó descendiendo y un mediocentro de 31 años cuyo mérito principal consiste en haber salvado a su equipo de un descenso seguro en la última jornada de Liga, tras haber fracasado en su paso anterior por el equipo cuando era una joven promesa.
Y luego, un tal Mirinda (con nombre de refresco) y otro que se llama Silvio.

[para otro día el post de los fichajes míticos del Atleti… Wicki, Maguy, Rodax, Avi Nimny]

Ante tal panorama, no es de extrañar que aquellos que tienen potencial y deseos de progresar busquen una salida.

Falta proyecto, calma, coherencia y alguien que de vez en cuando, sólo de vez en cuando, tome un par de decisiones adecuadas, a ser posible en la misma temporada.
Sobran ellos, los que todos sabemos. Sobra su incapacidad y apoltronamiento. Su uso abusivo y personal de la institución. Sobra su deseo de finiquitar la operación inmobiliaria que tienen entre manos.

Finalmente, he de confesar que llevo días pensando a qué me recuerda el Atlético de Madrid ahora mismo.
Pues me recuerda a la última escena de Thelma y Louise en el coche. Thelma es Miguel Angel Gil, Louise es Cerezo y como escaso equipaje llevan en el maletero a Manzano.

Posdata: para el que no supo acabar el simil, el coche es el Atleti y el precipicio la Segunda División… y Thelma ya pisa el acelerador a fondo.

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